“¿Qué está pasando entre Rusia y Ucrania?”

La clave para comprender las raíces de la crisis actual es el camino imperial. Para los moscovitas, Ucrania es solo una provincia rebelde, como Estonia, Letonia, Lituania, Kazajstán, Moldova. Pero en el caso de Ucrania hay una gran diferencia. Piensan que Kyiv es la "madre de las ciudades rusas", el "corazón de la iglesia ortodoxa rusa" y la "ciudad santa de Rusia". De aquí se originaron su mismo estado, su idioma y cultura, y también su alfabetización.

Podemos aceptar que históricamente Kyiv de verdad desempeñó este papel. Pero podrían haber mostrado un poco más de respeto, ¿no?. Si, hay algunas “ciudades santas” en el mundo. Pero destruir santuarios, oprimir la lengua y la cultura local, y matar gente… Hacer todo esto tratando de tener “la ciudad santa” o “la tierra sagrada” bajo su control total no ha sido una práctica común y corriente desde la época medieval. Y esto es exactamente lo que los rusos hacen en Ucrania durante los últimos 300 años. ¿Por qué?

La razón es que Kyiv es una piedra angular del mito imperial ruso. Para ellos, “no Kyiv” significa “no imperio”. Ciertamente es una fijación malsana. Su política está dirigida a controlar a Kyiv. Y su mensaje clave para el mundo occidental es: “apártate de nuestro camino”. Entonces, obviamente, nunca nos dejarán vivir en paz.

Por eso esta “crisis” no es un problema temporal. Es una realidad permanente. La única forma de resolver este problema es liberar a Rusia de estas formas imperiales en que piensan y actúan. Esto genera una amenaza constante de nueva guerra. No es problema de Ucrania. Es un problema global, como el cambio climático, desarrollo sostenible, suministro de agua, el hambre, la pobreza. Los desafíos mundiales así requieren pensamiento global, y también requieren solidaridad.

Hoy todos aquí están pensando si el ejército ruso va a entrar o no. Pero entraron hace 300 años y desde entonces casi nunca han salido. Crimea y Donbas son solo los episodios de la agresión de largo plazo. El pueblo de Ucrania está acostumbrado, de hecho, mal acostumbrado, a esta realidad. Por nuestra naturaleza “somos la resistencia”. Pero el despliegue militar ruso y la concentración de las tropas ahora parece realmente muy alarmante.

Hay muchas noticias falsas. La guerra de información ya está a gran escala. Por ejemplo, tenemos cientos de notificaciones anónimas de que se minaron estaciones de tren y metro, supermercados y centros comerciales, con la evacuación y esas cosas. Pero todas las notificaciones eran falsas hasta ahora. Solo para mantener la tensión y nada más.

Los estados de ánimo aquí varían de persona a persona, desde "Oh, Dios mío, ya vienen" hasta "Oh, qué tontería, eso nunca va a suceder". Los hombres más razonables se unen a las fuerzas de Defensa Territorial y se entrenan con el ejército. Ahora tenemos muchos veteranos de la guerra. También estamos recibiendo algunas armas defensivas de nuestros aliados occidentales. Entonces la pregunta "si atacarán o no" no es correcta. La pregunta correcta es "¿estamos listos o no?"

Pero solo la guerra misma puede dar la respuesta que necesitamos. No se puede saberlo hasta que empiece el lío. Pero todo indica que si intentan entrar de nuevo, ese será el camino al infierno para ellos. El peligro siempre saca lo mejor de nosotros. Después de todo, somos la resistencia, y lo sabemos.

Como dicen en Ucrania, “mantenemos la calma y limpiamos la ametralladora”.